domingo, 1 de febrero de 2009

¡Qué se ocupe Dios de él!


Nubes, viento y lluvia no dejan de acechar me. Por suerte sol ha tomado valor para asomarse esporádicamente. En esos ratos en el que el ambiente llega a la perfección que sólo la naturaleza sabe como lograrlo, cada poro de mis sentidos se abre a descubrir cada sonido que me rodea, mar, viento y alguno que otro ser que zumba de alegría al igual que yo al sentir que el clima mejora.

Hoy ha sido un mejor día para mi búsqueda de nubes. Esta búsqueda no es parte de la cotidianidad de mi vida, sino que es una encomienda que me ha encargado mi prima. No es que no ha habido, sino que ha habido de más, todas encima una de la otra, haciendo un complot para mi toma fotográfica.

Mi sentir y pesares se han ausentado por hoy, mi existencia se ha quedado en el limbo, la cual me permite enfocarme a disfrutar el presente.

Por ahora, mi porvenir ya no me preocupa.. ¡Qué se ocupe Dios de él!

1 comentario:

Olga Fabila dijo...

Pardon my french. Reputísisisisima madre. ¡Te quiero! ¡Como te requetequiero!. Y doy gracias por habernos reencontrado sin habernos perdido antes.

Tu prima, a tu lado, a millones de kilómetros de distancia.
Y más a tu lado que nunca.
Bes
O.